Un enlace roto es un callejón sin salida, un billete a ninguna parte, molesto para los internautas y mal visto para los robots de los motores de búsqueda. Reparar enlaces rotos consume una pequeña parte de las fatigas diarias del SEO specialist. Es una labor tediosa pero necesaria, pues su acumulación deteriora el posicionamiento orgánico y rara vez pasa desapercibida a los algoritmos justicieros del zoo de Google.

Nada más incómodo que tropezar con una página de error 404, un problema común en Internet, de efectos devastadores para la experiencia de los usuarios —tanto es así que el 73,72% de ellos, después de visitar una página 404, abandona el sitio web, según un informe de Cludo—. Su origen no es una caída del servidor, ni un ataque informático, sino un simple enlace roto.

Los links rotos tienen diversos orígenes: una URL mal escrita o modificada después de su creación, la eliminación de la página de destino, la imposibilidad de conectar con su servidor o una incidencia en el DNS de la propia web o de terceros. Este error, además de comprometer la credibilidad de la empresa, impacta negativamente en su posicionamiento en buscadores.

En efecto, solucionar enlaces rotos es vital no sólo para ‘guardar las formas’ con visitantes y clientes. Los robots indexadores de Google sancionan este problema con la pérdida de puestos en las SERPs (resultados orgánicos de búsqueda), sobre todo si eran backlinks de calidad, por su influencia en el posicionamiento SEO. Incluso una autoridad en la materia como Matt Cutts reconoció que «los enlaces entrantes, a pesar de que hay algo de ruido y ciertamente mucho spam, en su mayor parte siguen aportando calidad a los resultados de búsqueda, […] siendo de gran ayuda a la hora de asegurarnos de que devolvemos los mejores, más relevantes y actuales resultados», en un vídeo del perfil Google Search Central de YouTube.

Identificar y recuperar enlaces rotos: así proceden los especialistas en SEO

Renunciar a solucionar enlaces rotos equivale, así, a sacrificar una parte del link building, uno de los factores clave del SEO off page. Por fortuna este problema encuentra fácil solución. Los enlaces internos, en primer lugar, comunican fichas, entradas, etc., dentro del sitio web, necesarios para optimizar la navegabilidad y facilitar a los buscadores su rastreo e indexación. Para arreglar estos links rotos, basta con reescribirlos manualmente o recuperar las páginas eliminadas, dependiendo del problema en cuestión.

Más compleja es la recuperación de enlaces rotos externos, es decir, los que apuntan a otros sitios web y son gestionados por terceras partes. Tres son las posibles causas de un link roto: URL modificada, página o web eliminadas o problemas relacionados con el servidor, el DNS, etcétera. La solución pasa por comunicarse con el propietario del site y animarle a tomar medidas, a sabiendas de que le beneficiarían a nivel SEO.

Pero no todos los enlaces rotos son salientes. Podría darse el caso de identificar backlinks rotos, un daño colateral —y gravísimo— de alterar URLs propias sin realizar ningún tipo de redireccionamiento web. Más sencilla es la solución a este problema: crear una redirección 301 entre la URL antigua (utilizada aún por la web externa) y la URL actual.

Existen diversas herramientas y plugins para detectar enlaces rotos y restablecerlos de manera rápida, ordenada y eficaz. En primer lugar, Google Webmaster Tools incorpora una función de detección de enlaces rotos, visible en la pestaña de errores de rastreo (crawl). Referencial es el uso de W3C Link Checker, otro recurso de utilidad para identificar links caídos. Aunque de pago, las plataformas SEMrush y Ahref cuentan con funciones similares.

Esta ‘cacería’ de enlaces rotos se simplifica para los negocios y ecommerces construidos en WordPress. Plugins como Broker Link Checker, WP Broken Link Status Checker o Broken Image Verifier ayudan a mitigar este problema, tan pernicioso para el posicionamiento orgánico.