En el mundo del marketing digital hay pocos términos tan ‘cool’ (y enigmáticos) que Growth Hacking. En los últimos meses, sin embargo, un nuevo aspirante ha surgido para disputarle este trono y ganarse el favor de los especialistas en marketing. Hablamos del Content Hacking, una novedosa metodología que se abre camino a pasos agigantados y que amenaza con poner contra las cuerdas al marketing de contenidos más tradicional.

Cuando Joe Pulizzi y Jonathan Kranz dieran a conocer el poder del marketing de contenidos en su Content Marketing Play Book, nadie podía presagiar el impacto tan duradero que tendría. En 2010, y gracias a Sean Ellis, llegaría el Growth Hacking, técnica que prometía impulsar la visibilidad y ventas de productos/servicios a corto plazo y con una inversión mínima. Ahora, las startups y PYMEs reconocen un nuevo aliado en el llamado Content Hacking, cuya metodología se encuentra estrechamente relacionada con los anteriores.

¿Qué es el Content Hacking y qué puede hacer por mi negocio?

El término Content Hacking nos inspira poca confianza, y su traducción literal puede llevarnos a error, pues el anglicismo ‘hack’ (pirateo o hachazo, en español) le dá una pátina oscura y delictiva a todo lo que acompaña. Pero en este caso debemos atender a su significado original (explorar o alterar los limites de un código o computadora) que hacernos una idea aproximada de su definición.

Esta técnica, combinación entre Content Marketing y Growth Hacking, nos invita a generar contenido relevante para nuestra audiencia, pero con grandes dosis de creatividad, pensamiento analítico, muchísimo SEO y no menos oportunismo. Estas son las cualidades innatas de un ‘content hacker’, cuya finalidad no es mejorar el engagement ni la calidad del producto, sino acelerar el crecimiento de una marca. Esta es su única razón de ser, lo que explica por qué es un profesional tan demandado entre las startups y negocios emergentes con escaso presupuesto, pero que necesitan experimentar un crecimiento relámpago.

¿Casos de éxito? Desde Hotmail hasta Uber

De una forma u otra, el Content Hacking ha estado presente en el éxito de muchas de las empresas y marcas que admiramos. Un buen ejemplo es Hotmail. El principal competidor de Outlook no logró destacar a través de la publicidad tradicional y decidió incluir al pie de cada email el mensaje: «P.S. Get your free email at Hotmail». Esta simple pero efectiva acción les ayudó a superar las 10 millones de cuentes un año después.

Igual de vertiginoso fue el despegue de Dropbox. El servicio ‘in cloud’ creado por Arash Ferdowsi y Drew Houston utilizó el lema «Si compartes, te ofrecemos más espacio» para consolidar rápidamente su producto en un mercado que podía escapárseles de las manos. Facebook, por su parte, recurrió a la exclusividad para viralizar el concepto de red social, y el reciente Uber lanzó un sistema de cupones de descuentos que fomentó el boca-a-boca entre los usuarios. Twitter, Zynga, Reddit, Instagram y LinkedIn también deben su éxito a esta metodología.

Considerando sus muchas semejanzas con el Growth Hacking al uso, no debe sorprendernos que el Content Hacking pueda ser considerado como una variante de la técnica de Sean Ellis. De hecho, algunos de estos casos de éxito se engloban a veces como ejemplos de Growth Hacking. Como quiera que sea, esta forma de marketing de contenidos promete revolucionar la mercadotécnia digital tal y como la conocemos.