De la misma forma que 7 segundos son suficientes para formarse una impresión duradera de una persona, los cibernautas no son mucho más pacientes a la hora de juzgar una página web. De entre todos los factores determinantes en esta primera impresión, la navegabilidad ocupa un lugar destacado, siendo decisiva en la permanencia del visitante en las tiendas online y, por lo tanto, ejerciendo una influencia notable sobre las tasas de rebote. Largos tiempos de carga, una mala estructuración de los menús o la falta de un diseño responsive son los principales causantes de una usabilidad deficiente.

Como probablemente sepas, las llamadas tasas de rebote o bounce rate indican el porcentaje de usuarios que abandonan una web sin hacer clicks en sus secciones, ni realizar ningún tipo de interacción. Algo así como un rebote (bounce, entre los angloparlantes). Para los webmasters, esta métrica es un reflejo de la experiencia de navegación de los usuarios, por lo que nunca deberíamos subestimarla. Si percibes ratios elevados del 60-70% en tu tienda online, las siguientes causas podrían estar detrás:

Tiempos excesivos de carga

Para Google, el tiempo de carga óptima es de 1.5 segundos. Referentes indiscutibles de internet como Yahoo o Facebook han logrado reducir estos lapsos hasta los 0,4 segundos. ¿Por qué esa obsesión con el tiempo? Para las tiendas en línea menos ambiciosas, unos segundos de más pueden no suponer grandes pérdidas. Para los gigantes corporativos, en cambio, 0,5 segundos supone el desplome de hasta el 3% del tráfico, como es el caso de la empresa de Zuckerberg. Así pues, su impacto en la navegación es considerable.

Menús saturados y desestructurados

Tanto los menús estáticos como los dinámicos se han convertido en una herramienta elemental no sólo para la navegación de tiendas online, sino también para el posicionamiento SEO. Una estructura y enlaces inadecuados dificultaría el rastreo a los motores de búsqueda, además de confundir al visitantes. Incluir demasiadas opciones, duplicar los links (enlaces a la home en el logo y en el menú) o cambiar su diseño y formato de una página a otra son prácticas poco recomendables.

Baja adaptabilidad en el diseño

Más del 70% de los españoles navega a través de sus dispositivos móviles, según QDQ media, por lo que adaptar nuestra tienda en línea a ‘smartphones’ y ‘tablets’ es la única forma de llegar a los clientes, especialmente si nuestro target se encuentra entre los 18 y los 25 años. El diseño responsive, además, ha venido para quedarse, de manera que no debemos pensar que es una tendencia perecedera.

Ayudas visuales insuficientes

En los comercios físicos podemos contar con la inestimable ayuda del dependiente, que sabrá guiarnos hasta un determinado producto o solventar nuestras dudas. En el mundo 2.0, esta figura debe reemplazarse por elementos como los breadcrumbs, por ejemplo. Estas «migas de pan» permiten al visitante saber en todo momento dónde se encuentran. Si ha comenzado su tour desde la página de inicio, estas ayudas serán un mero recordatorio, pero debemos considerar que la mayoría llegarán directamente hasta nuestros productos por medio de enlaces externos.

Arquitectura web engorrosa

¿Sabías que ninguna información o producto debe estar a más de 3 clicks de la página principal? Hablamos de la llamada regla de los 3 clicks, una referencia útil a la hora de diseñar el entramado de tiendas online. Más allá de la teoría que ciertos estudios cuestionan (como los de la User Interface Engineering), toda estructura web debe ser ordenada, clara y precisa. De lo contrario, desorientaremos a nuestros visitantes, que serán incapaces de acceder al producto/servicio deseado.

En resumen, las mejores tiendas online son aquellas que ofrecen una navegación fluida, utilizan breadcrumbs y menús eficaces y cuentan con una estructura coherente, que se adapta a todos los dispositivos. Con toda seguridad, destinar tiempo y recursos a optimizar continuamente la usabilidad web es una de esas acciones esenciales para los negocios eCommerce.