Siguiendo con nuestros capítulos de errores de social media, Capítulo 1 y Capítulo 2, podemos continuar diciendo entonces, que sabemos que ser genuinos significa crear, sabemos que la regla está más cercana al 80-20, dónde 80 es el porcentaje de creación e innovación que debemos entregar y 20 la exaltación de nuestra vertiente comercial y sabemos que, compartir contenidos ajenos está bien pero en su justa medida. La clave para no equivocarse está en dar respuestas a SUS necesidades, sin perder la coherencia con nuestro mensaje.

Ahora que tenemos claro que crear contenidos de impacto que entreguen respuestas y generen acción social es indispensable para tener ser un referente dentro de nuestro mercado, seguimos avanzando, otro error frecuente; el uso y abuso de los enlaces.

Sí, sabemos que son reminiscencias de un pasado en el que el algoritmo era una máquina y no una especie de deidad emocional y sensible, como es hoy. Pero los enlaces son únicamente válidos cuando complementan – con el mismo nivel de calidad- la información entregada y constituyen, un valor agregados en sí mismos.

Las granjas de enlaces se han transformado en un enemigo feroz de las marcas y la razón la encontramos en la falta de ética. Existen dos caminos para llegar a conquistar al cliente, el rápido implica menos esfuerzo y compromiso.

Cuidado con los enlaces hacia fuera y cuidado también con los enlaces hacia dentro, recuerda que el posicionamiento lo determina hoy la emoción del cliente, para llegar a ella, es necesario el impacto del mensaje.

Debemos tener muy presente que el consumidor actual ( todo nosotros finalmente) busca comprar vínculos, sentirse protegidos y acompañados, confiar y creer en las marcas con las que se vincula y ser capaces de adquirir bienes y servicios que ejerzan el don del beneficio mutuo. El Win-win sigue siendo el motor de los negocios online.

No abusemos de los enlaces, generemos nuestra influencia propia primero y después, vinculémonos con aquellas marcas que, de verdad, nos ayuden a dar un paso más en la búsqueda del elemento diferenciador. Suma de talentos, ahí está la clave.