Cuando la Web 1.0 unidireccional y meramente consultiva llegó a nuestras vidas, nunca pudimos imaginar que, el camino nos llevaría por el enorme desafío de enfrentar un modelo para el que, si bien existen muchas normas… no existe la posibilidad de “hacer la trampa”.

Vivimos en el ciclo del nuevo SEO, vivimos en el ciclo en el que los enlaces sólo son si complementan porque… vivimos el momento de la escucha activa.

Atravesamos un momento en el que la escucha activa es un requisito sine- qua-non para el conocimiento y sólo éste, nos acerca al posicionamiento de nuestra marca, la tarjeta de presentación de “quienes somos” “qué hacemos” y cómo nuestro talento puede satisfacer a los demás.

Sí… avanzamos de forma vertiginosa hacia la Web 3.0 social, local, móvil, ubicua y co-creadora y para ello, para entender cómo es el posicionamiento Web y el SEO en la era de Google Penguin, es necesario comprender que el conocimiento de nuestros clientes y la certeza de cómo nuestro talento puede ponerse al servicio del crecimiento global de la red, desde la consolidación de nuestra marca, es simplemente indispensable.

Cuando hoy hablamos de posicionamiento hablamos de personas, cada vez más los autores, quienes dan respuesta, quienes forman parte activa del universo actual girando en espiral desde la formación y el conocimiento, por esta primera revolución cultural del siglo XXI y de la mano de las máquinas quienes, por mucho que se reinventen en tiempo real, tienen también el desafío de la humanización.

Construimos nuestra influencia con cada acción realizada en busca de las emociones ajenas y, cuando esas emociones ajenas satisfechas se transforman en contenido único y de calidad al servicio de la marca, es cuando hablamos de conversión y posicionamiento. Hacer crecer a la red, desde nuestro crecimiento individual como “prosumidor” es el gran desafío actual del marketing, del posicionamiento web, del SEO social… de las marcas en busca de emociones e influencia, que es lo que finalmente, define el crecimiento.